Cuando en 2016 Richard Carapaz cruzó el charco para probar suerte durante toda una temporada en Europa, lo hizo con un club ciclista que se llama Galibier y competía en aquella época con el nombre de Equipo Lizarte: el mismo del cual surgieron Joseba Beloki o Marc Soler, el mismo que es la raíz del Equipo Kern Pharma de categoría ProTeam. Quién le iba a decir que, ocho años después, sería el Galibier donde luciría por primera vez el maillot amarillo de líder del Tour de Francia. De alguna manera, cuando tomó aquella decisión arriesgada de dejar de ser profesional en Colombia para jugarse los cuartos en la categoría amateur española quedó escrito que este coloso alpino iba a ser importante en su carrera deportiva. Tal vez, su cima.
La cuarta etapa del Tour de Francia 2024 será algo más que un Galibier: será corta, dura e intensa, con 3.600 metros de desnivel concentrados en 139,6 kilómetros de recorrido. Se asemeja a aquella que Nairo Quintana conquistó hace cinco años, por cuanto se encara la misma vertiente del coloso (la sureste que se encara desde Briançon y pasa por el Lautaret sin dejar de subir) para después bajar rápidamente hasta Valloire. No obstante, hay varias diferencias sensibles: aquella duraba 200 kilómetros; aquella subía Vars e Izoard en lugar de Sestrières y Montgenèvre; aquella llegó en el jueves de la tercera semana, y no en el martes de la primera. No será tanto un concurso de fondo físico, como un juego táctico: ¿cuánto se permitirán los equipos de la general sacudir la carrera desde lejos? ¿Impondrá UAE Team Emirates un paso cuartelero para desgastar a Jonas Vingegaard? ¿Se permitirá a la fuga hacer camino, tal y como ocurrió en las dos jornadas iniciales? En cualquier caso, no será sencillo para Carapaz y su EF Education-EasyPost conservar el maillot amarillo. Para empezar, porque está empatado al frente de la general con tres de los principales favoritos: cualquier hueco, cualquier bonificación, lo deshará y alterará una clasificación general a la cual le quedan muchos giros dramáticos.
