“Quiero dar las gracias a mis compañeros y a mi equipo, porque sin ellos no hubiera podido demostrar que soy el más rápido de este Tour de Francia. Desde el principio de la carrera, sabía que podía ganar una etapa. He demostrado ya en tres sprints diferentes que, si llego bien colocado al final, puedo rematar. Hoy nosotros hubiéramos estado conformes con que una escapada llegara a meta. Cuando vimos que habría llegada masiva, le dije a mis compañeros por el pinganillo que me sentía bien e iba a intentar ganar. Estos resultados me convencen para continuar centrado en los sprints. El maillot verde me da alas. Me siento súper rápido. Es todo una cuestión de cabeza. He tenido altibajos en las últimas campañas, pero he cambiado varias cosas estos años y están funcionando. También he cambiado de filosofía. Me asusté un poco cuando ocurrió la caída cerca de meta. A 500 metros del final, me encontré con Mike [Teunissen]: él me llevó desde el puesto 15 del pelotón hasta el 3 y yo hice el resto. Un final picando hacia arriba como éste me viene fenomenal”
