La hazaña de una vida: Jules Buysse (II/X)

Muy por detrás de Eddy Merckx, Bernard Hinault o incluso Mark Cavendish, cerca de trescientos corredores solamente han paladeado una vez lo que se siente al ganar una etapa en el Tour. Desde ahora hasta que dé comienzo la carrera el próximo 7 de julio, letour.fr rememora la trayectoria de 10 campeones cuyo palmarés se limita a un día de gloria. En el Tour de 1926, el belga Jules Buysse vencía en la primera etapa de una edición dominada a posteriori por su hermano mayor Lucien Buysse. Una de las más exigentes en la historia del ciclismo. 

No se trataba de un Tour cualquiera. En su 20.a edición, la ronda gala dio cita a los 126 aventureros participantes en la estación de Lyon parisina para recorrer en tren la distancia hasta la población de Évian, destinada a albergar la primera salida del Tour fuera de la capital francesa. Aquel día, el agua no fluía únicamente desde el famoso manantial local: un auténtico diluvio arreciaba sobre el pelotón en el momento de la salida, a las dos de la mañana, para acometer una primera etapa de 373 kilómetros hasta Mulhouse. El doble campeón Ottavio Bottecchia partía como favorito en el equipo Automoto-Hutchinson, donde también competía su segundo de a bordo del año anterior, Lucien Buysse, pero entre Évian y Mulhouse fue Jules, el pequeño de los Buysse, de 24 años de edad, quien atrajo todas las miradas. El corredor belga, en pleno estado de forma, siguió sin esfuerzo el ritmo de los mejores y acabó colocándose en un grupo de cinco escapados, mientras que Bottecchia, «el albañil de Friuli», perdía terreno por culpa de tres pinchazos y la brecha kilométrica comenzaba a agrandarse. Más adelante, Jules Buysse aprovechó un infortunio del último corredor que lo seguía a rueda, Joseph Pé, y continuó su camino en solitario hacia la victoria durante nada más y nada menos que 161 kilómetros.

Al término de esta primera jornada a través de las estribaciones del Jura y los altos de Alsacia, Jules Buysse se enfundó el primer maillot amarillo de 1926 con consecuencias desastrosas para los demás corredores. El primer grupo perseguidor llegaba a Mulhouse con 13 minutos de retraso, pero el golpe más duro lo recibieron los favoritos: 25’ para Lucien Buysse, 34’ para Bottecchia y 50’ para el luxemburgués Nicolas Frantz. La cosa no había hecho más que empezar. Dos días más tarde, el menor de los Buysse recibía un fuerte varapalo frente a su compatriota Gustave van Slembrouck, pero los vuelcos en el Tour más largo de la historia, con 5745 kilómetros de recorrido, siguieron sucediéndose. En los Pirineos, el pelotón del Tour vivía una de sus jornadas más crueles entre Bayona y Luchon. En esta ocasión, los «reos de la carretera» se enfrentaban al Aubisque, al Tourmalet y a Peyresourde en condiciones meteorológicas lamentables. Siguiendo la tradición familiar, Lucien Buysse se escapó en el kilómetro 180 de la etapa cuando quedaban 143 por delante. En la meta de Luchon, las distancias registradas fueron enormes, y Bottecchia, que no estaba en su mejor momento, abandonaba la carrera junto a un buen puñado de corredores: 54 de 76 llegaron a la meta, y después se descubrió que varios habían llegado en autobús… y sin pagar. El maillot amarillo era ahora de Lucien, quien ya no lo soltaría hasta llegar al Parque de los Príncipes en París. Era el año de los Buysse.

Future victoire d'étape pour Jules Buysse qui, à l'entrèe du Jura, à la Vasserole  mène devant Ottavio Bottecchia.  buysse (jules)
bottecchia (ottavio)
Future victoire d'étape pour Jules Buysse qui, à l'entrèe du Jura, à la Vasserole mène devant Ottavio Bottecchia. buysse (jules) bottecchia (ottavio) © PRESSE SPORTS
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