Peter Sagan intenta darse a la fuga
El primer intento de fuga llegaba en el km 2 de la mano de Jérémy Roy (FDJ), seguido de Gregory Rast (Trek) y Jérôme Pineau (IAM), y posteriormente de Dries Devenyns (Giant). La escapada era neutralizada enseguida por el pelotón, que no parecía dispuesto a dejar que abrieran el hueco. Después llegarían ataques en solitario por parte de Sylvain Chavanel primero y Peter Sagan después (km 17), ambos infructuosos. En el km 28, una vez autorizado el avituallamiento en el pelotón, era Martin Elmiger (IAM) quien se decidía a intentarlo, un esfuerzo al que se sumaban a partir del km 31 Cyril Lemoine (Cofidis) y Anthony Delaplace (Bretagne).
Cannondale y Orica toman posiciones
El trío abría el hueco sobre el pelotón con relativa facilidad hasta llegar a los 6'45” de ventaja en el km 46, momento en que los equipos Cannondale y Orica Green Edge decidían tomar cartas en el asunto para minimizar los daños y mantener la fuga a una distancia razonable. Al paso por la línea del esprint intermedio, por el que Peter Sagan decidía no pelear, la renta de los escapados era de solo 3'50”.
Talansky en apuros
La persecución se intensificaba en los siguientes diez kilómetros y la subida del ritmo hacía especial daño a Andrew Talansky, que se quedaba a la zaga. Aquejado de un fuerte dolor de espalda, el reciente ganador de la Dauphiné perdía terreno hasta el punto de encontrarse solo y plantearse el abandono. Sin embargo, una conversación de varios minutos en el arcén de la carretera con su director deportivo Robbie Hunter le animaba a reanudar la carrera a falta de 60 km para la meta.
Elmiger, neutralizado por los perseguidores
Los atacantes abordaban los últimos 50 kilómetros con una ventaja de apenas 2'. Martin Elmiger atacaba en solitario en la primera de las cuatro ascensiones del día pero era alcanzado en la siguiente por dos perseguidores, concretamente Nicolas Roche y Jan Bakelants. El grupo crecía con la llegada de Jesús Herrada y Cyril Gauthier en la cota de Désertin, si bien la ventaja sobre el pelotón era ya de solo 35'' (a 35 km de la meta). Nicolas Roche demostraba ser el más sólido y proactivo del quinteto de cabeza en la cota de Echallon, pero era cazado por un pelotón liderado por Tony Martin en la bajada hacia Oyonnax.
Ataque en dos tiempos de Gallopin
Tony Gallopin decidía probar suerte en una ascensión corta (a 13,5 km de la meta) y lograba una ventaja de unos diez segundos sobre el trío Sagan-Rogers-Kwiatkowski en el descenso hacia Oyonnax, si bien era alcanzado por estos tres hombres en los últimos 5 kilómetros. Lejos de darse por vencido, Gallopin, que recordemos lució el maillot amarillo el día de la fiesta nacional francesa, volvía a darle gas a falta de 2,5 km para el final, aprovechando un momento de indecisión de sus perseguidores. Bajo la pancarta roja, apenas contaba con 8” de ventaja sobre el pelotón, lo suficiente no obstante para resistir a su ataque en los últimos metros y volver a vestirse de amarillo.