Dylan Groenewegen: "Me siento feliz, es un sentimiento increíble. He pensado que sería una bonita estampa cruzar la meta con los brazos alzados para mostrar bien mi maillot azul-blanco-rojo pero la cosa ha estado tan reñida al final que no me he atrevido a celebrar en la meta. Sé que tengo muy buenas piernas. Ayer, me sentí decepcionado conmigo mismo, porque el equipo había hecho un trabajo estupendo. Hoy hemos vuelto y nos hemos mantenido tranquilos en los últimos kilómetros, con el objetivo de asomar la cabeza en el último momento. No sé muy bien qué ha ocurrido detrás, pero yo he terminado primero. Hoy Jasper Philipsen ha sido un hueso duro de roer pero al final hemos conseguido imponernos, y eso es muy importante para nosotros. Me encantan estos sprints en los que nos enfrentamos el uno al otro. Hay muchos sprinters magníficos este año, así que es difícil ganar, y más en el Tour que es una carrera tan difícil, además de la más importante del mundo. Vemos trenes muy sólidos en Uno-X Mobility y Alpecin-Deceuninck. Casi todos tienen un tren muy fuerte. Y para ganar hay que hacerlo todo bien. Y me enorgullece muchísimo que nosotros lo hayamos logrado hoy.”
