La mitad más uno de las etapas que llevamos vividas de este Tour de Francia han sido ganadas por tres ciclistas, a razón de tres cada uno; las otras ocho han sido ganadas por ocho ciclistas de ocho equipos diferentes. Es una buena muestra de lo coral, competido y disputado que ha sido este Tour de Francia en el cual han ganado cenicientas como TotalEnergies o Arkéa-B&B Hotels y sin embargo no han tenido nada que echarse a la boca glotones como Red Bull-Bora-Hansgrohe o Ineos Grenadiers. Como los alemanes y los británicos, otros nueve equipos siguen sin desbloquear su casillero. Dando por hecho que la victoria en la contrarreloj final corresponderá a uno de los tres primeros de la general, quedan sólo tres oportunidades en sendas etapas en línea que fácilmente podrían dirimirse con una escapada. A partir de ahí, tal y como demostró Richard Carapaz en Superdévoluy, habrá que merecerse el triunfo para conseguirlo.
Esta decimoctava etapa de 179,5 kilómetros entre Gap y Barcelonnette es un ejercicio interesantísimo por mil motivos. Uno: unir una ciudad que ha sido anfitriona de 26 Tours de Francia con otra que nunca ha hospedado una de sus metas. Dos: estando en el corazón de los Alpes, evitar las grandes ascensiones. Tres: con sólo cinco puertos de tercera categoría, acumular más de 3.000 metros de desnivel. A juzgar por el hambre que el pelotón demostró en la víspera, será una jornada intensísima con una gran pelea por la fuga y una resolución interesantísima entre los aventureros. Entre los que ya se merecen ganar y pueden encontrar terreno abonado: Wout van Aert (Visma-Lease a Bike), Mathieu Van der Poel (Alpecin-Deceuninck), Jasper Stuyven (Lidl-Trek), Oier Lazkano (Movistar), Ben Healy (EF Education-EasyPost) o Magnus Cort (Uno-X Mobility).