“Nunca es sencillo retomar la competición después de un día de descanso. Por suerte, ésta era una etapa sencilla; especialmente, al principio. No hemos ido en cabeza del pelotón todo el tiempo porque lo veíamos innecesario. Rodar delante está bien cuando la carrera está tensa; si no, te puedes encontrar en situaciones de peligro de las que acaban en caída sin necesidad. Todos sabíamos que había un punto concreto de la etapa en el cual se podían formar abanicos, y por ello todos los equipos tratamos de tomar la cabeza del pelotón al mismo tiempo. No obstante, el viento no era lo suficientemente fuerte y no se formaron cortes. Es mejor así. Los abanicos son divertidos de ver en la tele, pero son lo peor si te quedas descolgado”
“Hoy no había nada que hacer desde el punto de vista de la general, y la etapa de hoy está marcada con un signo de interrogación. Es larga y dura. No hemos reconocido el recorrido, pero recuerdo el Pas de Peyrol de una etapa del Tour de Francia de 2020 en la cual estuve mano a mano con Primoz [Roglic] hasta meta... y es uno de los finales de etapa más duros que he hecho nunca”