Pirineos, la cuarta etapa parecía prometida a un bólido desde la salida de Dax -cuna legendaria del velocista André Darrigade, con veintidós victorias de etapa en el Tour- y la llegada en el circuito automovilístico de Paul-Armagnac en Nogaro. Los ases de la velocidad no han dejado escapar esta ocasión de oro para hacerse con la victoria. Por las carreteras llanas de las Landas y de Gers, los equipos de los sprinters han sabido mantener el control de una carrera marcada por una escapada muy tardía. A 86 kilómetros de la meta, el dúo normando compuesto por Benoît Cosnefroy y Anthony Delaplace aportaba algo de emoción al final, antes de verse alcanzado en la última media hora. Al término de un sprint en el que no han faltado las caídas, dejando fuera de juego al campeón de Europa Fabio Jakobsen, Jasper Philipsen salía como un cohete para adjudicarse un cuarto sprint masivo consecutivo en el Tour de Francia, al día siguiente de su triunfo en Bayona y un año después de sus victorias en Carcasona y en los Campos Elíseos. Se alza así como el rey del sprint, además de marcarse un doblete al arrebatarle el maillot verde a Victor Lafay. Por su parte, Adam Yates conserva el maillot amarillo.
Hoy, martes, bajo un cielo cubierto se reunían los 174 corredores en la Place de la Fontaine-Chaude antes del arranque de la cuarta etapa. La visita a Dax permitía rendir homenaje a André Darrigande, ganador de 22 etapas del Tour de Francia. El antiguo velocista, conocido como “El Galgo de las Landas”, aprovecha la ocasión a sus 94 para posar con Victor Lafay, portador de un maillot verde que el antiguo campeón del mundo lució en dos ocasiones durante su carrera (1959 y 1961). La salida real se daba a las 13:22, tras un desfile de 4,8 kilómetros. Los atacantes se mostraban hoy bien discretos, puesto que el sprint masivo parecía inevitable.
Philipsen deja huella
Tras unas tres primeras etapas de media montaña y la víspera de encarar la alta montaña, en los Pirineos, el pelotón parece sentir la necesidad de darse un respiro. Recorre los primeros 95 kilómetros de forma agrupada a una velocidad moderada (37 km/h de media). La primera ofensiva se produce a 86 kilómetros de la meta, tras el sprint intermedio de Notre-Dames-des-Cyclistes que se adjudica Jasper Philipsen. Benoît Cosnefroy (AG2R Citroën) lanza la fuga y Anthony Delaplace (Arkéa-Samsic) le sigue.
Dos franceses animan el final
Le dúo normando consigue rápidamente una ventaja de un minuto. Sin embargo, los equipos de los velocistas no dejarán que aumente la diferencia. Una vez superada la dificultad de la jornada, la cota de Dému (4ª categoría), que corona en primera posición Delaplace, el pelotón alcanza a los dos corredores galos. Quedaban entonces 25 kilómetros. Ya no se ralentiza y nadie se atreve a anticipar el sprint, ineludible en la entrada al circuito automovilístico de Paul-Armagnac.
Philipsen aguanta frente a Ewan
En la recta final, a 750 m de la meta, Alexis Renard tira de Bryan Coquard (Cofidis). Sin embargo, éste acabará finalmente 4º, frente al bólido Jasper Philipsen (Alpecin-Deceuninck). Al igual que la víspera, al belga le coloca perfectamente Mathieu van der Poel. Sin embargo, ha tenido que darlo todo para aguantar la remontada de Caleb Ewan (Lotto Dstny), que consigue una segunda posición, tras la tercera de la víspera. Philipsen, ganador de esta 4ª etapa, rubrica su segunda victoria dos días seguidos, tras la de Bayona, ayer. Además, se trata de su cuarta victoria consecutiva de llegadas masivas en el Tour de Francia, un año después de imponerse en Carcasona y en los Campos Elíseos.