Nuestro plan era meternos en la escapada, y punto. No había otra opción. Si salía una fuga de diez tíos, iríamos a tope desde el principio. Si salía una fuga pequeña, iríamos más lentos de partida para después lanzar a alguien desde atrás y que empalmara con cabeza de carrera. Y ha funcionado, porque Pascal Eenkhoorn ha llegado a nuestra altura y hemos colaborado muy bien con el resto de fugados. Yo me sacrifiqué para mantener viva la escapada porque el sprint podía ser bueno para Pascal; de hecho, traté de lanzarlo… pero me entraron calambres a 500 metros de meta y eso provocó que el sprint fuera muy lento. ‘Chapeau’ para Kasper [Asgreen], pero nos queda un sabor de boca agridulce. Al menos tengo que este premio de la Combatividad para endulzar un poco ese agridulce. Nunca es fácil subir al podio en el Tour de Francia.
