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1940: el Tour de la ausencia (4/10)

En los años de cambio de década, el Tour de Francia ha conocido cambios organizativos entre bambalinas, con un alcance que en ocasiones ha resultado decisivo y, en otras, anecdótico. El viaje en el tiempo propuesto por el letour.fr prosigue hasta 1940: el país ha entrado en guerra y Henri Desgrange intenta mantener vivo el proyecto de la 34ª edición del Tour hasta la primavera, pero, al final, deberá aceptar su anulación. Justo antes del mes de julio, Alemania ocupa Francia y Desgrange deja al Tour huérfano en agosto.

Amédée Fournier, le maillot jaune, au départ de Caen/Vire.
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Amédée Fournier, le maillot jaune, au départ de Caen/Vire. sport desgrange (henri) goddet (jacques) fournier (amedee) © PRESSE SPORTS

De acuerdo con el principio tautológico según el cual no es posible suprimir algo que no existe, en la historia del Tour de Francia la edición de 1940 es la única anulada. Aunque nunca se hubiera publicado su recorrido, ni comunicado las fechas oficiales, su organización estaba bien pensada, prevista y programada en las oficinas del periódico organizador, con Francia en guerra y los jóvenes movilizados desde el mes de septiembre de 1939. Sería absurdo pensar que L'Auto vivía ingenuamente en una burbuja deportiva ignorando la dura realidad de los campos de batalla. Sucedía todo lo contrario. Desde mediados de septiembre, el periódico asume un gran compromiso al cambiar su título y convertirse en L'Auto-Soldat. Su línea editorial se divide desde entonces entre la actualidad sobre el conflicto mundial, el análisis de las competiciones que siguen disputándose y las noticias sobre los campeones que ahora defienden el país. El 16 de septiembre, se añade una cita inequívoca de Voltaire en el título de la portada: "Todo hombre es un soldado contra la tiranía". En esta línea se inscribe Henri Desgrange. Pese a encontrarse gravemente enfermo, no suelta la pluma, aunque se aleja del terreno deportivo y multiplica las editoriales patrióticas en las que, por ejemplo, caricaturiza a Hitler, al que califica de "pintor de brocha gorda".  

En cuanto llega el invierno, todo su departamento se esfuerza por preparar una temporada ciclista que transmita el mensaje que Francia sigue viviendo. En diciembre, empiezan las conversaciones con los directores de las marcas de bicicletas para intentar definir un calendario e idear una nueva fórmula. ¿Cómo se puede constituir un pelotón con un nivel homogéneo cuando la mayoría de los corredores del Tour 1939 están en el frente? ¿Se aceptarán ciclistas extranjeros provenientes de países no beligerantes, que tendrán deportistas más aptos disponibles? ¿Cómo procurarse bicicletas cuando todo el sector industrial está centrado en el esfuerzo de guerra? Se lanza el debate y se abre incluso en las columnas del periódico, en el que se transcribe el contenido de las negociaciones como si se tratara de una novela por entregas. El director de Alcyon se muestra optimista, pero no tan predispuesto como el de Colibri: "Vengo, como todos mis colegas, a poner una bola blanca para alcanzar la unanimidad en las felicitaciones”, se podía leer en L'Auto el 16 de enero. Sin embargo, Genial-Lucifer emitía más reservas ("Maurice Evrard dijo ser de la opinión que ciertas carreras por carretera resultaban claramente inútiles", L'Auto, 13 de enero). El tono de la casa Dilecta también es más bien prudente. Sin embargo, se logra poner a todo el mundo de acuerdo en torno a una fórmula que se publica el 6 de febrero. Se admitirá solo a corredores que no hayan alcanzado la edad para acudir al frente y se limita el número de extranjeros a un 33% del pelotón.  

El 11 de julio, en las ondas de la BBC, un periodista, cuyo nombre ha permanecido desconocido, elige el deporte para hacer oír la voz de Londres. "Hoy, si Hitler hubiera consentido dejar vivir tranquila a Europa, hubiéramos asistido al inicio del 34º Tour de Francia".   

Todo parece estar listo. Durante el invierno, en los velódromos la actividad se reanuda. Sin embargo, surgen los problemas desde el inicio de la temporada en carretera. París-Roubaix, con un recorrido aprobado por las autoridades militares, se transforma en Roubaix-París y ¡por último se salvará in extremis con un "Le Mans-París"! También se prevé invertir el recorrido de París-Tours y se ciernen nubarrones sobre la París-Niza, en la que se asocia excepcionalmente L'Auto al periódico Le Petit Niçois para intentar salvar a la organización. Henri Desgrange publica un artículo bastante pesimista sobre el futuro del Tour de Francia 1940. Escribe sobre un recorrido con forma de "vejiga deshinchada", enumera todas las limitaciones impuestas y concluye diciendo: “¿Parecen suficientes para esperar que este artículo termine con el anuncio de que no tendrá lugar el Tour de Francia 1940? Pues no, no bastan y todavía nos queda la esperanza de poder conseguirlo, frente a la adversidad, así que vamos a seguir intentándolo". La sentencia no tardará en llegar. Cuatro días más tarde, el anuncio aparece en la portada: "Este año no se celebrará el Tour de Francia. Se aplaza a 1941. Véanse las explicaciones proporcionadas por su creador, Henri Desgrange, en las ediciones del 13 y 14 de abril".

Los acontecimientos precipitan al país en los años oscuros de la ocupación alemana, tras la firma del armisticio del 22 de junio de 1940 por parte de Philippe Pétain. Charles De Gaulle lanzaba su llamamiento el 18 de junio por las ondas de la BBC. La Francia libre se va configurando tímidamente detrás del "jefe de los franceses que continúan con la guerra". Desde Londres, el 11 de julio, un pequeño enclave francés hace como si se hubiera lanzado el Tour de Francia. La emisión "Aquí Francia" cuenta con media hora cotidiana en la BBC. Ese día, un periodista, cuyo nombre ha permanecido desconocido, elige el deporte para otorgar voz a Londres. "Hoy, si Hitler hubiera consentido dejar vivir tranquila a Europa, hubiéramos asistido al inicio del 34º Tour de Francia"*. Empieza entonces una crónica ficticia, una forma de aunar al país dividido y de compartir una nostalgia feliz. Dista mucho de ser real, pero en la leyenda del Tour la narración cuenta tanto como la carrera.  

Es poco probable que Henri Desgrange escuchara estas crónicas. Sin duda alguna, le hubieran procurado una gran emoción, puede que incluso lágrimas. El Tour de Francia 1940, de haberse celebrado, hubiera sido el primero sin él. Tras una operación unos meses antes que le dejaría muy debilitado, el padre del Tour de Francia fallece el 16 de agosto, a la edad de 75 años. Su sucesor e hijo espiritual, Jacques Goddet, retoma las riendas del periódico y se opone a partir del año siguiente a la organización del Tour de Francia, cuyo prestigio recuperará el régimen de Vichy. Habrá que esperar hasta 1947 para el retorno del Tour.   *Fuente: L’Histoire, número 354, junio de 2010. “1940: le Tour de France n’aura pas lieu. Por Marianne Amar  

Descubra o vuelva a leer los episodios precedentes de la serie:

- 1930: llega la revolución del Tour (3/10).

- 1920: los "deportistas" según Desgrange (2/10) .

- 1910: el gran órdago de Alphonse Steinès (1/10).

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