El líder del equipo Sky flamea la bandera del Reino Unido pero sus raíces están en África. Aunque se adjudicó su cuarto título sin ganar una sola etapa – ganó siete en seis participaciones, que es muy poco comparado por ejemplo con las veintiocho de Hinault en ocho participaciones– su posición no es tan dominante como lo es la de su equipo.
Además es el vencedor que hasta ahora ha ajustado mejor su táctica a los recorridos. Fue segundo en su primer Tour de Francia, que incluyó más de 100 kilómetros de contrarreloj individual. Ganó la 100ª edición con los agotadores desniveles del Port de Pailhères y Mont Ventoux. Superó los vientos laterales y el pavés en 2015 para colocarse en cabeza antes incluso de la contrarreloj por equipos y del primer ascenso al Pierre-St-Martin. En 2016, en lugar de esperar a la lucha en las subidas, se marchó en el descenso, algo que ciertamente no era su fuerte en sus primeros tiempos. También fue a la ofensiva en un terreno llano y ventoso con Peter Sagan. Incluso subió corriendo en el Mont Ventoux cuando se le averió su bicicleta. El recorrido del Tour de Francia 2017 tenía los elementos necesarios para ponérselo más difícil que nunca al equipo Sky para ganar, pero también dominaron la carrera más que nunca, con diecinueve días vistiendo el maillot amarillo y liderando la clasificación por equipos del primer al último día.
Froome advirtió antes de la carrera que ganar este año sería su mayor desafío hasta la fecha debido a las características del recorrido: sin contrarreloj por equipos, muy pocos kilómetros de contrarreloj individual, tan sólo tres finales en alto en los que finalmente no se marcaron diferencias. Estuvo a punto de perderlo todo por un mal día en la 12ª etapa en Peyragudes. Anduvo atento y salvó todas las situaciones difíciles, como cuando rompió un radio de surueda delantera en un momento crucial en el Macizo Central. Por otro lado, sus rivales no tuvieron la consistencia necesaria. Richie Porte se estrelló; Alberto Contador y Nairo Quintana estuvieron por debajo de su nivel esperado, Fabio Aru, que vistió el jersey amarillo por dos días, sufrió un episodio de bronquitis; Romain Bardet no pudo encontrar el ritmo en la contrarreloj [su retraso con Froome fue de 2'36” en 36,5 Kilómetros entre la de Düsseldorf y la de Marsella, que es más de cuatro segundos por kilómetro].
De sus cuatro victorias finales, Froome guarda ésta como "la más ajustada y con lucha más dura de todas". En ninguna ocasión anterior ganó el Tour por menos de un minuto. Su ex compañero de equipo, Rigoberto Urán, fue el invitado sorpresa en el podio a sólo cincuenta y cuatro segundos en el ranking general. Froome persigue un record. Volverá en 2018 para igualar a los cuatro gigantes.
