El año pasado pusieron el listón muy alto y hoy se enfrentan al difícil reto de reafirmar las esperanzas despertadas: el de ser una generación capaz de recuperar los primeros puestos de una competición que es la niña bonita de todos los franceses aficionados al ciclismo.
En las tres ruedas de prensa que se han sucedido a lo largo de la jornada se ha repetido la misma pregunta. Los periodistas buscaban ansiosos saber quién sería el esperado sucesor de Bernard Hinault, ganador de la Grande Boucle hace justo 30 años y último francés en haber conseguido llegar a lo más alto en los Campos Elíseos. Ninguno de los señalados quiere, de momento, cargar con esa responsabilidad, pero no les ha quedado más remedio que expresarse para quitarle hierro al asunto.
El equipo de AG2R La Mondiale, que cuenta con un dúo en el liderato formado por Romain Bardet y Jean-Christophe Péraud, ha optado por un discurso ambicioso pero prudente. “Estar en el Top 5 sería un éxito pero también me conformaría con un Top 10”, confesaba el subcampeón de 2014. Sin mojarse tanto como su compañero, Bardet ha querido relativizar sus opciones de podio final: “Espero mucho de mí mismo porque sé que en carreras de una semana puedo rivalizar con los mejores del mundo” recuerda el ganador de la etapa de Pra-Loup en el reciente Critérium du Dauphiné, “pero ahí están los favoritos y habrá poco sitio para los outsiders. Habrá que estar muy atento”.
El tercero en discordia, Thibaut Pinot, ya se hizo con el bronce en el Tour 2014, pero antes de escucharle, el manager del equipo, Marc Madiot, ha querido aclarar la impresión de falsa-modestia que, quizás, había transmitido en un primer momento la hora de enumerar sus objetivos en esta temporada: “En 2014 tuvimos una cosecha excelente, ojalá podamos repetirlo pero no hay nada adquirido ni garantizado. Llegamos a esta carrera haciendo gala de respeto y humildad”. Y volviendo, precisamente, a ese carácter humilde que se busca transmitir, Pinot aprovechaba para hacer una valoración de la competencia a dos días de que arranque la batalla: “Hay una treintena de corredores que busca estar en el Top 10 y es probable que al menos un tercio de nosotros ya no esté en la partida cuando la ronda llegue a los Pirineos. Habrá que esperar a la primera jornada de descanso para ir aclarando estas cosas. Lo que creo haber conseguido es la consolidación de mi podio del año pasado, adjudicándome grandes etapas de montaña en carreras importantes esta temporada”.
Un poco más temprano, por la mañana, los miembros del equipo invitado Bretagne-Séché Evironnement, que vivirán su momento de gloria en el tríptico bretón, han compartido sus expectativas con la prensa. Para ellos, el Maillot Amarillo no parece estar a la orden del día.
Su manager, Emmanuel Hubert, preocupado por el estado de salud de Pierre-Luc Perrichon que intenta recuperarse a tiempo de una gastrointeritis, no excluye la posibilidad de que su líder argentino, Eduardo Sepúlveda, pueda llegar a París con un puesto digno en la general, siendo esta su primera participación el Tour. Con el que sí parece que podrán contar los bretones es con Pierrick Fedrigo que intentará hacerse con una victoria de etapa y con Brice Feillu, que tiene hasta los Pirineos para recuperarse de una inoportuna caída en el entrenamiento del pasado martes, pocas horas antes de viajar rumbo a Utrecht.