“Mi valoración y mis sensaciones son buenas pero no excelentes. Queríamos llevar la etapa rápido hasta pie de puerto para poder evaluar el nivel de los rivales. La fortaleza y superioridad de Froome han sido implacables. Está más fuerte que yo y que todos sus rivales, hay que aceptarlo. El ritmo que ha impuesto ha sido demasiado para mis capacidades en el día de hoy. La última subida ha sido durísima, con un calor infernal y un ritmo muy fuerte, en parte, impuesto por nosotros durante toda la etapa. A ver cómo están el cuerpo y las piernas para los próximos días. Quiero mantener la posición que tengo e intentar construir una estrategia para recuperar el tiempo que hemos perdido”.
“Las posibilidades de conseguir el amarillo se han reducido un poco pero yo sigo soñando y voy a luchar hasta el final. Hace dos años ya vimos que en los últimos días a Froome le costaba más. A ver si falla y yo tengo un día más inspirado. Es humano y vulnerable, como todos, así que esperaremos a que muestre algún signo de debilidad para aprovecharlo. Quedan muchos días y queda mucho Tour".
“El maillot blanco ratifica el corredor que soy y el magnífico trabajo del equipo. Quiero aprovecharlo porque es el último año que puedo pelear por él. Eso sí: el sueño amarillo no se acaba y seguiré luchando para conseguirlo hasta el último día”
“La transición entre el llano y la montaña se ha notado. Lo he notado yo y lo han notado todos mis rivales. De aquí en adelante vendrán más etapas de alta montaña…Nibali y Contador son dos luchadores y seguirán intentando conseguir al menos una plaza en el podio”.
“Son muchas las cosas que me motivan para seguir luchando y para seguir dando espectáculo. El apoyo del público es increíble: los colombianos, los españoles, los italianos, los franceses… mi familia también, que siempre está pendiente. Mi padre me transmite su fortaleza para echarle ganas y seguir adelante”.